El inmenso miedo sólo es inmenso a partir de tus cabezas,
haciendo de ti su recorrido, de tu espíritu su canto. En algún
lugar la criatura desea abandonar tu cuerpo para observarte.
Generar, tras el dolor, silencio. No le abras los brazos. Cuando
el fruto cae debe pudrirse antes de alimentar la tierra.
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